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AUMENTAN UN 39% LAS AVERÍAS POR FALTA DE MANTENIMIENTO

El Barómetro de Averías del RACE ha analizado las más de 130.000 asistencias realizadas por el club entre el 1 de julio y el 31 de agosto. Entre las conclusiones del estudio, el club destaca que las averías crecieron el 3,4% respecto al mismo periodo de 2015, incidiendo sobre todo en baterías, neumáticos, motor y accidentes de tráfico.

Sin embargo, no todos los problemas mecánicos evolucionan de la misma manera. Si tomamos como referencia solo los registros por encima de los 100 casos, “para evitar desviaciones importantes”, según el RACE, el estudio desvela aumentos de hasta el 39% en fallos como el termostato, o los manguitos/tapón del aceite.

A continuación, elementos como los electroventiladores, con un crecimiento del 29%, la correa del alternador (el 22%) o la junta de la culata (el 21%) fueron los que también experimentaron importantes aumentos en las averías de los vehículos asistidos en carretera por el club automovilista.

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El estudio también señala que los vehículos de entre 10 y 15 años de edad destacan muy por encima del resto de grupos de edad en problemas de motor, electricidad, neumáticos, cambio, alimentación, refrigeración, dirección, frenos o el embrague, en algún caso multiplicando por 10 los casos de avería respecto al total. Y dado que este grupo es el que tiene el porcentaje más alto de problemas mecánicos los accidentes de tráfico baja hasta el 6º puesto.

Por otro lado, los datos referidos a los problemas con los neumáticos, ajenos a la antigüedad del vehículo, el informe resalta que los coches hasta los cuatro años, y los comprendidos entre los 10 y los 15 años suman más del 63% de los casos totales de avería por este motivo. «Curiosamente, es en estos dos grupos de edad de vehículos donde también se han producido mayor número de asistencias como consecuencia de un accidente de tráfico, alcanzando la cifra de 64%», apuntan desde el RACE.

El club automovilista lleva alertando desde hace meses que la falta de mantenimiento está provocando un aumento de los fallos mecánicos, por lo que defiende que «una revisión periódica del vehículo en un taller podría evitar estas situaciones, mejorando la seguridad y reduciendo el riesgo de avería».

 

 

 

 

Fuente : infotaller

Diez malos hábitos que arruinarán su coche

Las cosas (y las parejas) le durarán más si las cuida y las trata bien. Y los coches no son la excepción que confirma la regla, ni mucho menos. Puede que tener el coche descuidado, o no prestar atención a cómo funcionan determinados componentes pueda parecer un asunto trivial, pero en absoluto lo es. Algo que parece inofensivo puede convertirse, con el paso del tiempo, en un verdadero problema.

No nos refererimos solamente a que estas conductas que le vamos a desglosar a continuación supongan un gasto del coche y que pierda dinero, que también. Muchos de estos hábitos pueden llegar a afectar a sistemas y, a la larga, poner en peligro su propia seguridad. Conocerlos es el primer paso para saber cómo corregirlos. Así que ya sabe, lea y deje de hacer estos diez hábitos nocivos si quiere que su coche le dure más:

1. Retrasar el mantenimiento

Puede que duela gastar dinero en el taller, pero el mantenimiento de tu coche es vital para su longevidad. El mantenimiento regular incluye el cambio de aceite y los filtros, así como los líquidos. Cada fabricante del vehículo especifica una rutina de mantenimiento diferente, que puede encontrar en el manual del propietario.

No cabe duda de que requiere invertir algo de tiempo y dinero, pero es una minucia cuando lo compara con lo que cuesta un nuevo motor o la transmisión. (recuerde que no pierde la garantía si lleva el coche a un taller independiente, más barato generalmente, y que puede montar recambios de calidad equivalente en lugar de originales sin temor alguno. Y no nos cansaremos de repetirlo, ya que los últimos estudios indican que los jóvenes pasan del mantenimiento de sus vehículos

Conducir con neumaticos gastados o con mala presión

Hemos separado a los neumáticos porque merecen una atención especial. Forman parte del triángulo de seguridad del coche y son claves ya que es el único punto del coche que tiene contacto directo con el suelo. Por eso no debes arriesgarte a circular con neumáticos gastados. Si revienta un neumático mientras conduces puedes perder el control de su vehículo y tener un accidente grave. Y si conduce un vehículo con gomas lisas en la lluvia, el riesgo de aquaplaning se multiplica. Sí, son caros (sobre todo si tienes un SUV o tu coche monta llantas muy grandes), pero cuesta menos que un coche… o una vida.

De acuerdo, quizá nos hemos puesto algo catastrofistas, pero no escatimes en neumáticos. Ni en mirar la presión. Este hábito apenas cuesta cinco  minutos y con la presión correcta te durarán más (no se gastarán de forma irregular, ni se deterioran antes de lo previsto y el coche gastará menos combustible).

2. No hacer caso a las luces de advertencia del tablero

Cuando un indicador se enciende en el tablero de instrumentos, es importante abordar el problema de inmediato. Si no sabes lo que significa la luz, compruebe el manual del propietario o llame a su mecánico. Algunas luces de advertencia del salpicadero pueden alertarle a algunos problemas muy graves, como una fuga de refrigerante, que pueden hacer que el motor se sobrecaliente. Una reparación preventiva a menudo evita que el problema vaya a mayores.

3. Pasar de limpiar el coche

Sin el cuidado y la atención apropiados, incluso la mejor pintura se volverá pálida y descolorida por la acción de contaminantes industriales y del tráfico o la lluvia ácida.  Ojo, aunque los muy puristas siempre le recomendarán lavarlo a mano, normalmente en ese lavado se gasta menos agua que en los autolavados…  lo que acaba llenando el agua de suciedad y provocando un sinfín de arañazos minúsculos. Ojo, decimos autovalado y no las estaciones de lavado de grandes rodillos…

Hay situaciones en los que una limpieza es más importante, como cuando se circula por carreteras nevadas en las que hayan utilizado sal para evitar placas de hielo. Y en verano, es clave proteger el coche del sol de forma adecuada.

Un par de trucos más. Si te encuentras obras en la carretera, circular despacio y lo más alejado posible del vehículo precedente. El alquitrán sale realmente mal de la carrocería. Al llegar del viaje, procura limpiar el coche cuánto antes. También conviene tener un interior limpio y, los más atrevidos pueden atreverse con una limpieza del motor.

4. Realizar una conducción agresiva

Dar acelerones no ayuda a ganar tiempo y tiene efectos negativos sobre tu coche. Se consume más, se calienta en exceso el motor y los neumáticos se desgastan. Este tipo de conducción no acabará con su coche inmediatamente, pero hará que el motor, la transmisión y el sistema de frenos se deterioren mucho más rápidamente de lo previsto. Los coches que han sido abusados ​​tendrán fugas de líquido prematuras, juntas rotas y otros problemas mecánicos. Y ni hablar de arrancar haciendo patinar las ruedas motrices. Es un gasto inútil de gasolina y de ruedas, además de que daña innecesariamente la transmisión,  el embrague, la caja de cambios y el diferencial.

Evite también conducir con el motor a muchas revoluciones. Aumenta el consumo y puede provocar sobrerrégimen (pasar de vueltas al motor). Esto implica una reparación muy costosa. Esta conducción también castiga el embrague, la transmisión y la caja de cambios.

Vigile el engrase y el nivel de aceite del motor. No acelere con brusquedad, ni busque la máxima potencia con el motor en frío. Tras un viaje largo, déjelo unos minutos al ralentí para que el circuito de aceite refrigere el eje del turbo.

5. Conducir demasiado tranquilo

Hoy en día, los avances han hecho que podamos disfrutar de coches potentes con un elevado par motor. Debido a ello, es habitual viajar en marchas largas a muy pocas revoluciones… pensando en ahorrar combustible. Pero a conducción eficiente puede dañar el coche si no la realizas de forma adecuada.

Por ejemplo, subir un puerto a bajas revoluciones en quinta o sexta puede resultar más perjudicial para el motor que el exceso de revoluciones. El motivo es que la mecánica trabaja sin vueltas suficientes para llegar a su par máximo, donde se da la mejor relación consumo-potencia.  Puede traer problemas graves y costosos: como daños en el cigüeñal, las bielas, los cojinetes de biela y la bancada.

En el caso de los coches diésel esta conducción lenta puede afectar a la válvula EGR, que acumula más carbonilla y reduce su vida útil a la mitad, o el filtro de partículas (de ahí que el mantenimiento de coches diésel sea más alto).  Los motores de gasolina tampoco son la panacea para esto, pues yendo muy despacio se daña el catalizador (que se convierte en un depósito de carbón)…

Además, cada vez es más común que monten turbo, una pieza fantástica… pero delicada (sobre todo si no se enfría convenientemente tras un viaje largo), para que el sistema de refrigeración y la propia circulación de aceite enfríen el turbo, lo que reduce el riesgo de avería en más de un 90%.

6. Arrancar el coche como si no hubiera mañana

Cuando arrancas el coche por las mañanas, sobre todo en invierno, calentar el motor con fuertes acelerones es una mala idea. El aceite y los componentes aún no han alcanzado la temperatura ideal… y al estar menos protegidos acelerarán el desgaste en el motor del vehículo.

Espera unos segundos para que el aceite llegue al circuito y luego acelera siempre de manera progresiva.

7. Abusar del embrague.. y apoyarse en la palanca del cambio

El embrague es uno de los elementos más castigados del automóvil. Como funciona por fricción, sufre desgaste cada vez que se pisa. Por eso no hay que apoyar el pie en él sin necesidad (se produce un sobreesfuerzo que afecta al disco y a todas las piezas que actúan sobre él).

Otra mala costumbre es utilizar la palanca de cambios como apoyabrazos. Sin saberlo, está presionando los mecanismos internos del cambio, lo que desgasta y provoca holguras en sincronizadores, rodamientos… A largo plazo se traduce en vibraciones y que el engranaje de las marchas sea más impreciso. Ya sabe, usa la palanca solamente para cambiar de marcha… y mejor hazlo con suavidad. Y en cambios automáticos, nunca intente arrancar empujándolo (utiliza las pinzas), ni circules en punto muerto. Solamente conseguirás estropearlo.

8. Utilizar los frenos demasiado… o no hacerlo

Pisar el pedal del freno demasiado tiempo puede acelerar el desgaste de los discos y pastillas, deformar los discos, que se creen vibraciones en el volante al frenar y deteriorar el líquido de frenos, haciendo que el sistema de frenos sea menos resistencia a la fatiga. Utiliza el freno motor bajando de marcha. Así conservarás los frenos y podra controlar mejor el coche. Y, por último, no apure demasiado las pastillas y zapatas.. cambiarlas es mucho más barato que renovar el conjunto de discos y tambores. 

Si en cuestas pronunciadas a veces abusamos demasiado de los frenos, a la hora de enfrentarnos a un badén muchas veces no lo hacemos. Cierto es que nuestros queridos alcaldes le han cogido gusto a colocar demasiados (solamente pueden rivalizar con las rotondas), pero hay que frenar al encontrarnos con uno. Si no lo hace, corre el riesgo de reventar una llanta, o provocar problemas en los puntos de anclaje de la suspensión.

9. Mover la dirección con el coche parado

Evite manipular la dirección con el coche parado. Piense en que, como poco, sobre neumáticos, ruedas y suspensión hay una tonelada de peso… las gomas pueden deformarse y las suspensiones desequilibrarse, con rodamientos dañados. Además, puede desgastar la cremallera de la dirección, con lo que la conducción sufrirá holguras. Cierto es que ahora la gran mayoría de los coches cuentan con dirección asistida, en los que este problema no es tan grave… pero en ellos no debería nunca girar el volante hasta el límite. Si lo haces fuerzas el mecanismo (la bomba de la dirección pica en vacío) y se estropeará antes.

Llegados a este punto, no podemos pasar por alto a quienes suben bordillos con el coche para aparcar. A veces es inevitable (todos lo hacemos). Procura subir por la zona baja y despacio, pues puede deteriorar los reglajes de suspensión y acabar desequilibrando llantas y neumáticos, ocasionando vibraciones en el volante. Y a la hora de aparcar, si los neumáticos no tocan el bordillo, mejor. Esos “pellizcos” contra el granito desgastan mucho las gomas y es más fácil que  se produzcan reventones, además de dañar los rodamientos.

10. Conducir con el coche en reserva

Sí, su coche es capaz de moverse con menos de cinco litros de combustible en el depósito, pero no le gusta nada a la bomba de combustible. Este elemento (en automóviles con inyección electrónica) está sumergido en el tanque, por lo que debe haber combustible suficiente para garantizar la lubricación y el enfriamiento de la bomba. Así que procurec que el coche no circule en reserva, ya que la bomba puede quedar desprotegida.

 

 

 

 

fuente : coches.com

Facua Granada recomienda revisar el coche

Las asociaciones de consumidores también animan a los conductores a revisar sus vehículos antes de irse de vacaciones. Este es el caso de Facua Granada, que califica como “fundamental” que el vehículo se encuentre en buen estado ante los largos desplazamientos del verano.

En este sentido, la asociación recuerda a los conductores los derechos que tienen a la hora de utilizar los servicios de un taller. El primero de ellos, que pueden elegir libremente el establecimiento al que deseen llevar su vehículo. Siempre que éste siga las especificaciones del fabricante, la garantía del coche no se verá afectada.

Asimismo, recomienda pedir un presupuesto escrito de la reparación en el que consten las operaciones que se realizarán, el importe de las piezas que haya que sustituir o reparar, así como el coste de la mano de obra.

Sobre el uso de recambios de segunda mano, Facua Granada explica que se pueden utilizar siempre y cuando el cliente lo autorice previamente. Asimismo, recuerda que todas las operaciones de mantenimiento o reparación tienen una garantía de tres meses o 2.000 kilómetros.

 

Una muestra de la importancia del cambio de aceite

  Puede que seamos repetitivos con los cambios de aceite y los mantenimientos hechos a su debido tiempo. Por eso queremos contarles una historia que retrata muy bien la necesidad de hacer los mantenimientos de nuestro vehículo a su debido tiempo. Son quizás casos extremos pero la realidad de tener los mantenimientos al día se ciñe al ejemplo numero 1 de nuestra historia.

  Una prueba más de que un buen mantenimiento puede hacer que un motor resista, como un campeón, por cientos de miles de kilómetros. Y es que por increíble que resulte, lo que veis es el motor de un Ford Escape Hybrid de 2008 que ha estado en servicio en la Gran Manzana, en Nueva York, durante todos estos años, recorriendo la friolera de 800.000 kilómetros. ¿Cómo lo ha hecho su propietario para que este SUV híbrido haya resistido siete años del intenso trabajo que sufre un taxi en Nueva York?

La primera lección, y la más importante es hacer un correcto mantenimiento del coche. Su propietario confiesa que este motor ha recibido un cambio de aceite cada tres semanas. A la vista del kilometraje, eso significaría un cambio de aceite cada menos de 10.000 kilómetros. Según comentan en Jalopnik, los antiguos Ford Crown Victoria cambian el aceite cada dos semanas. Después de 500.000 millas, 804.672 kilómetros, este Ford Escape Hybrid de 2008, con su motor original completamente revisado, será vestido de “paisano”, para terminar sus días al servicio del comprador que lo adquiera.

Su propietario asegura que también sustituyó frenos una vez al año, una frecuencia muy loable para un coche de su tamaño, que se pasa la vida haciendo trayectos cortos en ciudad. Otros taxis de la Gran Manzana han de cambiar varios juegos de frenos al año, por el intenso uso que se hace de los coches que prestan servicio en Nueva York. En ese punto es probable que su mecánica híbrida haya ayudado, y mucho, a preservar los frenos en buen estado. Hablando de mecánica híbrida, también reconoce que las baterías, que si no me equivoco por aquel entonces eran de Ni-Mh, han resistido sin problemas y que a su parecer soportan mucho mejor el paso del tiempo que las empleadas por los Prius y Camry.

Este es el aspecto de un motor que no ha cambiado el aceite en 135.000 kilómetros :

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Dudas sobre la correa de distribución :

La correa de distribución del coche es la encargada de asegurar la sincronización entre la fase de admisión de la mezcla aire-carburante (árbol de levas) y el movimiento de las válvulas con la rotación del cigüeñal y el movimiento de los pistones. En general, es un elemento del coche al que no solemos prestar mucha atención por su larga duración y descuidamos su mantenimiento. Sin embargo, es de vital importancia hacer un seguimiento de su estado y cambiarla como método de prevención, puesto que su rotura puede provocar graves consecuencias en el vehículo. Si no sabes cuándo se debe cambiar la correa de distribución del coche, en ponerte en contacto con nosotros y te lo aclararemos muy gustosamente.

  No todos los vehículos utilizan el mismo sistema para sincronizar sus partes móviles internas. Existen tres tipos de sistemas de distribuciones : 

  1-Por engranajes : no necesitan un mantenimiento específico salvo los cambios de aceite periódicos del motor. Es el sistema menos difundido debido a su rumorosidad y alto coste de producción.

  2-Por cadena : no tienen un mantenimiento especifico y es convienente revisarlas cada 350 000 kms para revisar sus desgaste y cambiarla en caso de necesidad. Es el segundo sistema de distribución usado y cada vez lo suelen usar mas fabricantes.

  3- Por correa dentada : es el sistema mas usado y que mas mantenimiento necesita para evitar su rotura y avería de motor.

¿Cuándo cambiarla?

No existe un intervalo de tiempo exacto para cambiar la correa de distribución puesto que no hay un límite de duración establecido. Para saber con exactitud cuándo debemos cambiar la correa de distribución deberemos consultar el manual de nuestro de vehículo, ya que cada marca tiene estipulados un número de kilómetros aproximados a los que debe realizarse el cambio de la correa. No obstante, hay una norma general que determina que la correa de distribución deberá cambiarse entre los 100.000 y 120.000 kilómetros recorridos, aunque esto puede variar en función de lo dicho en el paso anterior. Para mayor seguridad, es recomendable cambiarla 5.000 o incluso 10.000 kilómetros antes de lo estipulado por la marca del vehículo debido a que el cuentakilómetros no refleja el tiempo en parado que ha estado el vehículo con el motor funcionando y que la correa a sumado en su desgaste.
El uso del coche por ciudad con intervalos de paros y arranques muy seguidos acelera el desgaste de la correa acortando su vida útil y teniendo que cambiarse hasta en la mitad de kilómetros 

Cuando nos toque sustituírla aprovecharemos para cambiar sus tensores, la correa auxiliar y en muchos casos la bomba de agua (todas esas piezas vienen en juegos para abaratar el conjunto) para no volver a sustituír esos elementos hasta el próximo cambio de correa de distribución y no manipularlos por separado para ahorrar en costes de mano de mano de obra y garantizar una reparación duradera.

¿Qué pasa si se rompe?

No realizar un mantenimiento de la correa de distribución puede suponer una rotura de la misma. ¿Qué ocurre cuando la correa de distribución se rompe? Que se produce una parada del motor y daños irreversibles en la parte superior del motor. Los pistones llegan a tocar las válvulas dando como resultado válvulas dobladas, árbol de levas torcido, parte superior de los pistones dañada, bielas dobladas, etc. El coste de reparación por rotura de la correa de distribución es mucho más costoso que su sustitución. Por esto y los daños que puede ocasionar en nuestro coche, es fundamental llevar un mantenimiento de la correa de distribución y cambiarla antes de que se rompa.

Al estar al corriente de estos pequeños detalles lograremos mantener nuestro vehículo sin averías de importancia durante mucho tiempo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Fuente : uncomo